Splice corta clips, los duplica, permite realizar diferentes tipos de transiciones y añade canciones como música de fondo. También permite tomar fotografías de la biblioteca y mostrarlas de manera dinámica, como si fuera un diaporama, una sucesión de diapositivas. Las fotos, una vez seleccionadas, se pueden retocar y convertir en sepia, boceto, negativo o blanco y negro.
La versión básica incluye una pequeña franja de publicidad mientras se edita. Para quitarla hay que pagar 1,99 euros. En todos los casos, el vídeo sale sin ninguna marca que indique que el programa tiene anuncios.
Poder cambiar la velocidad de un vídeo, incluso poner cámara lenta, es una de las características más celebradas. Supera al iMovie en varios aspectos más: los vídeos tienen mayor duración; en lugar de poner la misma música de fondo en bucle pueden tener diferentes canciones tomadas de iTunes. Sorprende la posibilidad de mezclar varias pistas de sonido: una con música, otra con efectos y una más con una voz que narra la acción.
Los que no se conformen con los temas visuales y marcos que vienen por defecto pueden adquirir más música ambiental, nuevas transiciones o marcos. Los hay especialmente conseguidos: uno que es un efecto de película de bobina en el lateral y otro que da la sensación de estar mirando por unos prismáticos.
Fuente: El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario